Tras el éxito de SpaceX, muchas compañías privadas en todo el mundo intentan emular sus logros, para alcanzar lugares donde ninguna agencia espacial pública ha conseguido llegar. Es el caso de la compañía japonesa Interstellar Technologies, cuyo cohete MOMO-2 ha explotado hoy a los pocos segundos de despegar.

Interstellar Technologies es una compañía aeroespacial privada fundada por Takafumi Horie, que se convirtió en multimillonario gracias al éxito de su empresa Livedoor, uno de los proveedores de Internet pioneros en Japón.

El cohete MOMO-2, una aeronave de 10 metros de longitud no tripulada, fue lanzado el pasado viernes a las 5.30 de la mañana desde la base de Taiki, en Hokkaido (Japón). Tal como se puede ver en este espectacular vídeo, el cohete ascendió durante unas decenas de metros, hasta que el motor se paró de golpe y cayó de nuevo sobre la base de lanzamiento, provocando una espectacular explosión:

Pese a lo aparatoso del accidente, no hay que lamentar daños personales.

Sin embargo las pérdidas materiales son enormes, porque durante su caída el cohete ha tenido la mala suerte de chocar con la propia base de lanzamiento, así que la compañía Interstellar Technologies ha perdido tanto el cohete como la propia base que impulsa la aeronave.

El cohete MOMO-2 tenía como objetivo transportar sensores y equipos de medición a una altura de 100 kilómetros.

Pese al fracaso de la misión, Interstellar Technologies ha comunicado que mantienen sus planes de desarrollo de un cohete operativo capaz de realizar vuelos subespaciales, aunque esta explosión podría retrasar meses, incluso años, su plan de desarrollo.

Pero las cosas no pintan bien para la compañía privada japonesa, que el pasado mes de julio también perdió el contacto con el cohete, un minuto después del lanzamiento. Para ahorrar costes Interstellar Technologies utiliza piezas de diferentes fabricantes, en lugar de fabricar las suyas propias como hacen la mayoría de las compañías aeroespaciales.