Engordar es una preocupación a cualquier edad, pero se vuelve una pesadilla con los años. Ganas peso más rápido, y cuesta más bajarlo.

Desde siempre parte de esta ganancia de peso con la edad se ha atribuido al metabolismo, que supuestamente se ralentiza con los años.

Pero muchos médicos no están de acuerdo con esta afirmación. Al contrario, hay estudios del Instituto Nacional de Salud norteamericano que demuestran que la eficacia del metabolismo apenas cambia a partir de los 30 años. Entonces, ¿por qué muchas personas ganan peso con la edad?

La causa es, en realidad, muy sencilla. Con la edad nos movemos menos. Ralentizamos nuestra actividad. Incluso aunque a nosotros nos parezca que somos igual de activos que hace 10 años, en realidad no suele ser así. Quizá seguimos haciendo las mismas cosas pero en el día a día reducimos el tiempo o las veces que las hacemos, y eso nos lleva a ganar peso con más facilidad.

Aunque está demostrado que existen alimentos que activan nuestro metabolismo y nos ayudan a mejorar el estado de ánimo, en la práctica aportan poco a lo que es la pérdida de peso.

Por tanto, la clave para no ganar peso con la edad es ser más activo. Quizá parezca una solución obvia, pero recientes estudios aportan nuevas perspectivas.

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Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, cualquier tipo de ejercicio aeróbico en donde esté implicada al respiración, por pequeño que sea, produce beneficios en el cuerpo y en el cerebro. Aunque solo sea un paseo de media hora.

Otro estudio publicado por la Asociación Americana del Corazón descubrió que las personas que concentran sus ejercicios (por ejemplo, una hora de gimnasia fuerte, o una clase de fitness al día), no obtienen beneficios significativos frente a los que los espacian a lo largo del día (ir al trabajo en bicicleta por la mañana, sacar a pasear al perro por la tarde, etc.).

En resumen, la clave para no ganar peso con la edad es mantenerse activo. Pero no es necesario darse una paliza todos los días en el gimnasio para conseguirlo. Pequeñas cosas como subir las escaleras de casa en lugar de coger el ascensor o agacharse a coger algo del suelo sin doblar las rodillas, producen beneficios en el cuerpo y el cerebro, por pequeñas que sean. Del mismo modo, hacer varias actividades a lo largo del día va a producir beneficios similares a concentrarlas en una hora fuerte de gimnasio o fitness.