La crisis del coronavirus ha hecho que la medicina avance hacia todas direcciones, y gracias a esto un grupo de ingenieros ha desarrollado unos auriculares que nos monitorizan la salud mientras estamos en casa.

Con los hospitales a reventar y las camas de UCI ocupadas, los hospitales han tenido que hacer malabarismos para atender al mayor número de pacientes sin caer en el colapso.

Por eso, durante la pandemia se han intentado probado diferentes inventos que podían liberar los hospitales mientras se seguía de cerca la salud de los pacientes. Esto era posible gracias a complejos equipos de seguimiento biométricos. Hasta ahora.

Una nueva investigación de la Universidad Técnica de Múnich ha descubierto que la monitorización a distancia de los pacientes con COVID-19 puede identificar eficazmente las primeras fases del empeoramiento para así ingresarlos en el hospital antes de que sea tarde.

El sistema utiliza un sensor en el oído que mide y transmite datos en tiempo real a los médicos, que evalúan entonces si el paciente puede continuar en su casa o si es mejor trasladarlo al hospital.

Los datos captados por el dispositivo eran supervisados a distancia por un equipo de sanitarios y se llamaba a los pacientes al hospital cuando los signos vitales indicaban un deterioro en su estado.

El estudio utilizó un sensor de oído ya disponible en el mercado, fabricado por una empresa llamada cosinuss. El invento se parece a un auricular in-ear y va equipado con una fotopletismografía (PPG), un sensor de temperatura y un acelerómetro.

Esto le permite medir la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, la saturación de oxígeno en sangre y la frecuencia respiratoria.

El dispositivo se conecta a un teléfono inteligente a través de bluetooth y toma mediciones de las constantes vitales cada 15 minutos. Los datos se transmiten a un centro de telemedicina, lo que permite una supervisión constante por parte de un equipo de médicos.

Se reclutaron a unos 150 pacientes para el estudio. La edad media era de 60 años y cada participante tenía al menos una patología previa, como diabetes, obesidad o dolencias cardiovasculares.

En el transcurso del estudio se detectó el deterioro de las constantes vitales de 20 pacientes, que fueron ingresados en el hospital. Siete de esos pacientes acabaron en cuidados intensivos y uno, lamentablemente, falleció.

Como era de esperar, los niveles de oxígeno en sangre fueron un indicador clave del deterioro. La medición media en los pacientes antes de la hospitalización era del 88%, mientras que la media en los pacientes no hospitalizados era del 96%.

Este invento, que utiliza sensores y productos que ya están en el mercado, es ejemplo de cómo la tecnología se puede transformar en casi cualquier situación para satisfacer nuestras necesidades, sobre todo las relacionadas con la salud. Sólo hay que saber buscar.