2017 fue un año inusual en el mercado de procesadores. Estos últimos años, Intel gozaba de una posición de privilegio en el segmento de los procesadores gracias a la incapacidad de AMD de lanzar CPU a la altura de las diferentes gamas de la compañía »azul». Sin embargo, tras el lanzamiento de los Ryzen, Intel se vio presionada y obligada a reaccionar. Y una de sus respuestas fueron los polémicos Intel Kaby Lake-X.

Ryzen, cuya segunda generación ya está entre nosotros, es una nueva arquitectura de AMD capaz de otorgar una gran cantidad de núcleos e hilos con una velocidad bastante interesante y un precio muy competitivo. Intel estaba acomodada con su séptima generación y, en medio de la polémica de las altas temperatudas de su i7-7700K, Intel lanzó los nuevos procesadores de Intel se dividían en los Skylake-X (de sexta generación, pero con una ingente cantidad de núcleos) y los de séptima generación »mejorados», los Kaby Lake-X.

Todo lo que necesitas saber para elegir un procesador

Os preguntaréis dónde está la controversia. Bien, los procesadores Kaby Lake-X eran los Intel Core i5-7640X y el i7-7740X, dos procesadores algo más rápidos que sus hermanos menores, pero con la misma cantidad de núcleos e hilos. Sin embargo, la nueva arquitectura »Extrema» obligaba a pasar por caja y adquirir placas base compatibles con el chipset Intel X299 (placas base bastante más caras), sustancialmente más grande que el chipset compatible con los procesadores anteriores, los Z270, entre otras placas.

Estas placas base tienen bastantes ventajas, como la configuración Quad Channel para la memoria, pero se trata de productos de gama entusiasta que no tienen mucho sentido teniendo en cuenta que los procesadores Kaby Lake-X no eran un avance sustancial respecto a los anteriores y, además, los dos procesadores citados no soportaban ese Quad Channel de memoria (eran los únicos que no lo hacían). Ahora, tras los rumores que apuntaban a que Intel actualizaría sus Skylake-X con nuevas soluciones términas y dejaría de lado a los Kaby Lake-X, nos llega la confirmación.

Intel dejará de dar soporte a los Kaby Lake-X el próximo 7 de mayo, cuando los procesadores no habrán cumplido ni un año en el mercado. No tenía mucho sentido contar con estos productos en el mercado teniendo el mencionado 7700K que, aunque es ligeramente menos potente, cuenta con un precio (tanto de CPU como de placa base) mucho más económico y, además, sigue rindiendo de maravilla pese a que la octava generación ya esté en la calle.

Eso sí, aunque los procesadores Kaby Lake-X se vayan a dejar de lado, »fin de la ruta», como lo han llamado ellos, los fabricantes de equipos ya montados podrán solicitar estos procesadores hasta el 30 de noviembre. El 31 de mayo de 2018 morirán, definitivamente, los Kaby Lake-X.

[Fuente: Extremetech; vía: Intel]