Hasta hace poco más de un siglo los mares eran territorio casi desconocido, en donde podía encontrarse cualquier cosa. Los mapas eran la única referencia para saber lo que había más allá de donde alcanzaba la vista.

¿Y qué referencias utilizaban los cartógrafos? Pues básicamente las de los marinos, navegantes y aventureros que les contaban lo que habían visto en sus viajes, cuando no eran los propios cartógrafos los que viajaban en los barcos. El problema es que entre esos cartógrafos y marinos también había bromistas, mentirosos, y gente propensa a fantasear.

¿Por qué existen tantas islas en los mapas antiguos que no existen? Algunas se han mantenido durante siglos y han pasado de unos mapas a otros, hasta que todo el mundo pensó que eran reales. El libro Islas Des-conocidas, de Malachy Tallack, trata sobre este curioso enigma.

El 3 de septiembre de 1783, Reino Unido y Estados Unidos firmaron el Tratado de París, que ponía fin a la Guerra de la Independencia. En el tratado se delimitaba la frontera del nuevo país. En él se decía que la nueva frontera de Estados Unidos con lo que ahora es Canadá, cruzaba el Lago Superior «al norte de la isla de Philippeaux«. Puedes verla en el centro del mapa de la imagen superior.

El problema es que la Isla de Philippeaux no existe.

Se han contabilizado cientos de islas imaginarias en los mapas antiguos (y no tan antiguos), y las explicaciones varían.

Por ejemplo, en algunos casos se cree que la isla, sencillamente, se hundió. Es lo que pasó con la Isla Sarah Ann, que estaba bien documentada hasta que algún maremoto la hundió en el mar.

En otros casos, no se ha encontrado explicación. Así ocurre con la Isla Brasil, que en este mapa de 1633 aparece a la izquierda, en el centro, junto a las costas irlandesas:

Una de las islas que no existen más famosas es Frisland, una invención del veneciano Niccolò Zeno, un charlatán que aseguraba que sus antepasados habían llegado a América antes que Colón. Los historiadores lo consideran un fabulador, pero se hizo famoso en su época, y en 1588 incluyó la inexistente isla de Frisland junto a Islandia, en uno de sus mapas (la isla grande abajo en el centro):

Como tenía cierta fama y el resto del mapa era bastante detallado, otros cartógrafos le copiaron a él, y Frisland comenzó a aparecer en multitud de mapas en años posteriores:

En otros casos, se trataba de simples errores o puro desconocimiento. Uno de los más curiosos es este mapa holandés de 1689, en donde California aparece dibujada como una isla:

Una de las islas que no existen que más ha sobrevidido en el tiempo es la Isla Sandy, que había permanecido en los mapas oficiales hasta que en 2012 National Geographic comprobó que no existía. Avisó a Google Maps y al resto, para que la eliminasen de sus mapas.

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¿Quién puede culpar a nuestros ancestros de inventarse islas, cuando hoy en día aún hay gente que cree que la Tierra es plana, que en el Triángulo de las Bermudas hay extraterrestres, o que la Tierra es hueca, con un gran agujero en los Polos para entrar?