Nueva derrota para los usuarios de smartphones. Un tribunal de La Haya (Holanda) ha desestimado la denuncia de la asociación de consumidores holandesa Consumentenbond, que pedía aumentar a cuatro años el plazo obligatorio para que Samsung actualice los smartphones viejos, o dos años a partir de que el smartphone deje de venderse.
La asociación de consumidores argumentaba que no actualizar los smartphones viejos supone un riesgo de seguridad para los usuarios.
Actualmente la mayoría de los fabricantes de smartphones, incluido Samsung, actualizan sus móviles hasta dos años después de la fecha de lanzamiento. Solo si hay un fallo grave de seguridad aumentan este plazo, pero es un excepción.
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El problema es que muchos móviles se venden incluso años después de su lanzamiento. Si compras un Samsung Galaxy A8 (2016) hoy mismo las actualizaciones se terminarán en septiembre, porque el móvil se lanzó en septiembre de 2016. Y esto incluye tanto nuevas versiones de Android, como parches de seguridad o mejora de rendimiento.
Consumentenbond pedía aumentar el plazo para actualizar un smartphone viejo a 4 años desde la fecha de lanzamiento, o dos años desde que el móvil se deja de vender.
El tribunal de La Haya ha dado la razón a Samsung, argumentando que aumentar el plazo para actualizar un smartphone viejo poniendo como excusa «un riesgo futuro» no es un argumento sólido, ya que los riesgos futuros no se pueden medir.
Pese a esta derrota para los usuarios de smartphones, Consumentenbond ha conseguido algo: en la web holandesa de Samsung la política de actualizaciones de los smartphone ahora tiene un banner mucho más grande.
Samsung, como el resto de fabricantes, mantiene su decisión de asegurar las actualizaciones de sus smartphones durante dos años. A nadie se le escapa que éste es uno de los factores más convincentes para obligarnos a cambiar de móvil, y las compañías no quieren perderlo. Una obsolescencia programada encubierta, en definitiva…