Últimamente se habla sobre el auge de la criptomoneda Shiba Inu, pero hay quien avisa de un posible hundimiento.
La historia reciente de las criptomonedas está llena de grandes revalorizaciones y caídas, su volatilidad es algo bastante común a pesar de que cada vez tratan de regularlas más. En cuestión de aumento de valor, Shiba Inu (SHIB) es uno de los últimos grandes ejemplos.
Tal como publican en Business Insider España, «tras crecer casi un 96,3%, shiba inu superó a dogecoin y se colocó como la 9ª criptomoneda por capitalización de mercado«. La criptomoneda que partió del meme ha vivido una intensa época dorada, en la que Elon Musk ha tenido algo que ver, pero hay quien afirma que está por llegar su decadencia.
En The Motley Fool, empresa privada de asesoramiento financiero e inversiones, han investigado esta criptomoneda y para empezar les llaman la atención los periodos de tenencia tan cortos que mantiene, una media de solo 10 días, en comparación con el bitcoin o ethereum que suele ser de casi 80 días.
En la empresa de asesoramiento detectan en esta rapidez en las operaciones una falta de confianza de los inversores que quieren ganancias rápidas y olvidarse de Shiba Inu cuando antes.
Según publican, quizá «la conclusión más importante de este período de tenencia de 10 días es que la convicción en las perspectivas a largo plazo de SHIB como moneda de pago no es tan alta como podría pensarse«.
Además, también ven otro problema, aunque es común en casi todas las criptomonedas: en este momento solo hay unas 100 empresas a nivel mundial que acepten Shiba Inu. Un detalle que juzgan como llamativo siendo una de las diez monedas más grandes, es inútil más allá de la inversión. Quizá su nacimiento de un meme juegue en su contra.
Todo esto, sumado a su rápido ascenso, que con las criptomonedas suele ir acompañado en poco tiempo de una gran caída, hace prever que pronto perderá gran parte de su valor. Tal como sentencian en su informe: «Shiba Inu está en problemas«. De todas formas, ya hay al menos cinco criptomonedas que esperan su turno.