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Gigabyte Aorus 15 XA con RTX 2070, análisis y opinión

Los portátiles gaming son algo que, debido a las últimas generaciones de las tarjetas Nvidia (a partir de la arquitectura Pascal y Turing), así como a los procesadores Intel de séptima y octava generación, se han convertido en una parte esencial del mercado. Eso ha ocasionado que compañías gaming de »toda la vida» se animaran a crear portátiles para jugar, y poco a poco hemos visto cómo igualan, en algunos casos, a equipos de sobremesa.

Gigabyte es una de las compañías que más experiencia tiene en la creación de compoentes para jugar, sobre todo tarjetas gráficas, y en portátiles cuentan con las líneas Aero y Aorus. Son familias que se distinguen por los detalles, ya que no son como portátiles de otras compañías que se diferencian porque unos son Ultrabooks (con hardware modesto) y otros »animales» para devorar videojuegos. Los Aorus y los Aero cuentan con hardware idéntico en algunos casos, y se diferencian por elementos como la pantalla, el tamaño o el diseño.

Eso era así… hasta ahora, ya que Gigabyte ha rediseñado el Aorus, su portátil gaming, y por fin pasamos de un »armatoste» con unos marcos excesivamente gruesos y mucho espacio desaprovechado a un portátil gaming de 15,6» bastante »compacto» y, sobre todo, con una pantalla enclaustrada entre unos marcos de dimensiones reducidas. Antes de continuar con el análisis del gigabyte Aero 15, os dejamos sus características técnicas completas.

  Aorus 15 RTX 2070
Dimensiones 361 x 246 x 24,4 mm
Peso total 2,4 kg
Sistema Operativo Windows 10
Procesador Intel Core i7-9750H
Memoria RAM 16 GB DDR4 a 2.666 MHz
Disco duro 512 GB SSD M.2 NMVE
2 TB HDD
Tarjeta gráfica RTX 2070 con 8 GB GDDR5
Tamaño de pantalla 15,6» IGZO a 240 Hz
Resolución de pantalla 1.920 x 1.080
Conectividad inalámbica / redes Bluetooth 5.0 / Killer Wireless-AC 1550 (802.11 ac)
Batería 62 Wh
Adaptador de 230 W
Conectores de datos / A/V 3 x USB 3.1 / 1 x USB Tipo-C / 1 x miniDP 1.3 / 1 x HDMI 2.0 / lector de miniSD
Precio 2.399 euros

Como veis, se trata de un portátil que monta lo último de Nvidia, una tarjeta RTX 2070 que, si bien no es la más potente para portátiles, si es de las más capaces para ejecutar juegos en ultra con los beneficios de la última tecnología. Además, si sois de los que miran comparativas de portátiles gaming, os habréis dado cuenta que el procesador no es un Intel Core de la serie 8000, sino de las serie 9000

Si no os suena, es normal, es un procesador con unas semanas a sus espaldas, y en este análisis del Gigabyte Aero 15 lo ponemos a prueba. Y sí, a fondo. Pero antes de ver cómo rinde este portátil, y si es el portátil gaming más potente que ha pasado por nuestro banco de pruebas, hay que comentar qué tal el diseño.

Diseño gaming tras operación bikini 

Gigabyte sabía que sus portátiles necesitaban una renovación, no tanto de componentes, algo que actualizan cada año, sino estética. En cuestión de diseño, habían quedado desfasados, pero en el CES de enero de este año presentaron la nueva generación de los Aorus.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Líneas más estilizadas, un diseño más atractivo en ciertos puntos y, sobre todo, una parte trasera con neuvas salidas de aire caliente que mantienen las ideas de la generación de los Aorus X5 (disposición de puertos), pero que dejan atrás una bisagra que no estaba nada optimizada y hacía que el portátil fuera muy grande.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Así, por fuera, el Aorus 15 2019 gana algo en portabilidad gracias a un menor tamaño de los marcos de pantalla. No llega a lo que consiguen algunos Aero, pero al menos ya no tenemos marcos gruesos con una zona central acabada en pico que no era demasiado estética ni funcional.

En la tapa, de aluminio, tenemos el logo de Aorus y dos detalles en blanco, y todo ello se ilumina cuando encendemos el equipo en un elegante color blanco. El chasis también está construido en plástico y aluminio, y debemos decir que es un auténtico imán para las huellas dactilares.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Si abrimos el portátil, podemos ver el teclado, el generoso touchpad y el logo de Aorus que hace las veces de botón de encendido. Un detalle curioso es que, pese al poco peso de la pantalla, no podemos abrir el portátil sin sujetar la parte que queda apoyada en la mesa, y debemos hacerlo »empujando» desde la parte central de la pantalla, ya que, si lo hacemos desde un lateral, la pantalla se »dobla» y, aunque no se va a romper, es mejor no tentar a la suerte en un equipo de este precio.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Ahora bien, algo importante en un ordenador gaming es la disposición de puertos, y hay buenas noticias. El conector de alimentación es muy grande, pero afortunadamente se conecta en la parte trasera, así como el puerto DisplayPort de tamaño completo, el HDMI 2.0 y un USB Tipo-C que puede utilizarse para sacar audio/vídeo.

Gigabyte Aorus 15 análisis

En la parte izquierda tenemos el lector de tarjetas microSD, un USB 3.1 y el RJ45 para Ethernet, y en la derecha, otros dos USB 3.1 y el jack de 3,5 milímetros. Además, tanto en los laterales como en la parte trasera encontramos salidas de aire para la GPU y la CPU.

Gigabyte Aorus 15 análisis
Gigabyte Aorus 15 análisis

Si damos la vuelta al equipo, tenemos los altavoces en la parte frontal y, además, un LED a cada lado, en las esquinas frontales, que no son tan llamativos como los del Asus Strix SCAR II, ni sirven para crear ambiente, pero que, en condiciones de poca luz, son resultones.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Es, como decimos, un diseño actualizado que, aunque mantiene algunas líneas del diseño de los anteriores Gigabyte X5, resulta más bonito y funcional. Las salidas de aire modernizadas (como los tubos de escape de un deportivo) son atractivas, la bisagra de la pantalla se ha mantenido, pero ahora no está 4 centímetros hacia el interior del chasis y todo es más coherente.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Pantalla IGZO como pocas veces hemos visto: 240 Hz

Sin embargo, donde empezamos a notar la renovación es en la pantalla, un elemento, junto a la GPU y CPU de esta bestia gaming, que llama muchísimo la atención. Y es que, tenemos un panel IGZO de Sharp, una tecnología »nueva» que ya está dando muchas alegrías en otros sectores.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Por ejemplo, el Razer Phone y el iPad Pro 2018 cuentan con paneles IGZO (iridio galio, zinc y óxido), que no son más que  unos transistores TFT que permiten que la información entre la natriz activa y el LED o filtro de color, dependiendo de si la pantalla es OLED o LCD, transmita datos más rápidos. Grosso modo, es lo que permite que contemos con pantallas que no son TN, pero sí tienen ventajas de las TN, como una mayor tasa de Hz sin contar con las desventajas de estos paneles, como unos ángulos de visión ridículos a día de hoy.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Como decimos, es la tecnología que da vida a la pantalla a 120 Hz IPS del Razer Phone 2, y es la que también »alimenta el panel de 15,6» del Gigabyte Aorus 15 de 2019. La resolución es FullHD (que se traduce en 1.920 x 1.080 píxeles) y los ángulos de visión son de 178º. Aunque no se indica, estamos ante un panel IPS con los transistores IGZO, y eso se traduce en un gran contraste, mencionados ángulos de visión indicados para jugar y una gran representación de color.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Aunque estos portátiles no cuentan con la certificación X-Rite Pantone de sus hermanos Aero, lo cierto es que en las sesiones de juego hemos disfrutado de colores muy vivos, negros profundos y colores más apagados cuando tocaba. Y si a nivel de representación de color y brillo, el portátil cumple, qué decir de la tasa de Hz.

Algo que me sorprendió es que el panel venía a 240 Hz por defecto. En otros portátiles con tasas superiores a los 60 Hz que hemos probado, hay que seleccionar la mayor tasa de refresco disponible, pero en el Aorus no, y es algo que se nota en el mismo escritorio de Windows, moviendo el ratón o arrastrando una ventana.

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¿Se notan los 240 Hz? Depende mucho del jugador, pero sí. Es decir, el salto de 60 Hz a 120 Hz supone una mejora palpable, sobre todo en juegos en primera persona, y el salto a 240 Hz, aun siendo el doble de 120 Hz, no es un salto tan grande. Se nota en la fluidez de todas las animaciones del sistema, y también se agradece en los juegos que llegan a esa tasa. Todo se ve más definido, y es posible contar con una mínima ventaja en juegos como Fortnite.

Ahora bien, como veréis, poner un juego a 240 fps depende tanto del hardware como del propio juego, que esté optimizado o no. Muchas veces, vale más la pena poner el juego en ultra a 200 frames por segundo que en medio para arañar los 240 fps, o Fortnite bloqueado a 144 fps en lugar de con un frame-rate desbloqueado.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Eso sí, está claro que donde más se nota esta tasa de refresco es en el juego, y aunque no todos se pueden poner a 240 Hz, ya que es una cantidad elevadísima que solo juegos más antiguos soportan (o shooters modernos, pero en configuración de gráficos en »medio») cuando sobrepasamos los 60 fps en cualquier juego… agradecemos una pantalla como esta.

Y, para alimentar este panel, tenemos un hardware a la última.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Lo último de Intel y Nvidia… y una batería anecdótica

La pantalla, como vemos, es de altos vuelos, pero… ¿qué pasa con el hardware? Evidentemente, se necesita un conjunto de CPU+GPU extremadamente potente para »alimentar» una pantalla de 240 Hz a resolución FullHD, y Gigabyte no ha demostrado. La compañía ha querido sacar músculo, y se nota.

El procesador es el Intel Core i7-9750H, un procesador de 6 núcleos y 12 hilos que cuenta con una frecuencia base de 2,60 GHz y un boost de 4,50 GHz. Se trata de un procesador que se acaba de lanzar para portátiles (data del segundo cuarto de este año, por lo que está recién salido del horno), y es de los más potentes que vamos a ver en un ordenador portátil en los próximos meses.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Por si fuera poco, está acompañado por 16 GB de memoria DDR4 a una frecuencia de 2.666 MHz y la GPU es la RTX 2070 con 8 GB de memoria GDDR6. La GPU se presentó en agosto del año pasado y es compatible con la tecnología ray tracing (una técnica de iluminación en tiempo real), y el anti-aliasing basado en procesos de inteligencia artificial (DLSS).

Como decimos, es lo último que nos podemos encontrar en un portátil (aunque haya gráficas más potentes), y los resultados de los test sintéticos hablan por sí solos:

Benchmark Gigabyte Aorus 15
RTX 2070
Asus ROG Strix SCAR II
GTX 2070
Asus ROG Strix SCAR II
GTX 1070
3D Mark Time Spy 6.927 puntos 6.785 puntos 5.386 puntos
3D Mark Time Spy CPU 5.559 puntos 5.711 puntos 5.028 puntos
3D Mark Time GPU 7.242 puntos 7.018 puntos 5.455 puntos
Geekbench OpenCL GPU Nvidia 230.746 puntos 246.795 puntos 162.363 puntos
Geekbench CPU 5.425 puntos
22.563 puntos
Single-Core: 4.719 puntos
Multi-Core: 19.323 puntos
Single-Core: 4.608 puntos
Multi-Core: 19.045 puntos
Cinebench R15 OpenGL 121 fps 106,55 fps
Cinebench R15 CPU 1.045 puntos 1.213 puntos 1.031 puntos
PC Mark 10 5.829 puntos 5.261 puntos 5.450 puntos
CrystalDiskMark Secuencial Lectura: 2.929 MB/s en el SSD
Escritura: 1.537 MB/s en el SSD
Lectura: 1.381 MB/s en el SSD
Escritura: 517 MB/s en el SSD
Lectura: 1.538 MB/s en el SSD
Escritura: 676 MB/s en el SSD

Aunque estos benchmarks no son definitivos, ya que, sea cual sea la puntuación, luego depende de cada juego aprovechar los recursos del hardware, sí nos permiten comparar ordenadores… y los resultados son curiosos.

Con un procesador más modesto, el ROG Strix Scar II está por encima en algunos procesos de CPU (como en Cinebench o en 3D Mark), pero en otros test (PC Mark 10 o Geekbench), está por debajo. 

Gigabyte Aorus 15 análisis

Esto puede deberse a falta de drivers o que estos test no estén optimizados para este procesador, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de una novedad, y cuando miramos la puntuación de la GPU encontramos que la RTX 2070 del Gigabyte también está por encima en algunos text… y por debajo en otros respecto a la misma GPU del portátil de Asus. Donde no hay duda es en la comparativa generacional con una GTX 1070: las RTX son superiores en potencia bruta y en versatilidad (el comentado ray tracing y DLSS).

SSD Aorus

Con este hardware, la experiencia de usuario en Windows 10 es muy satisfactoria, ya que el sistema vuela en todo momento y no hemos tenido ningún tipo de problema, y gran parte de la culpa la tiene un disco SSD NMVE que ofrece una velocidad de lectura/escritura como pocas veces hemos visto en un portátil.

Esto nos permite descargar archivos pesados con 600 MB/s más rápido que con otros equipos al no haber cuello de botella en el almacenamiento, descomprimir archivos con un tamaño considerable en un abrir y cerrar de ojos y realizar ciertos procesos, como edición de fotos en DNG por lotes sin que haya retardo, que con otro sistema de almacenamiento más lento costarían algo más.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Es decir, además de para jugar, se trata de un equipo muy a tener en cuenta si vamos a utilizarlo para tareas exigentes en programas como Adobe Photoshop o Premiere, ya que el procesador, literalmente, puede con lo que le echen. Eso sí, es un portátil muy atractivo para jugar… en un escritorio. 

Gigabyte Aorus 15 análisis

Aunque el tamaño no sea demasiado exagerado para ser un portátil gaming, los 2,4 kilos »pesan» en la mochila, y a eso tenemos que sumar un enorme adaptador, de casi kilo y medio, de 230 W para alimentar a la RTX 2070. La batería dura unas dos horas trabajando, ya que la RTX consume, la pantalla de 240 Hz también, el procesador se mantiene en todo momento alrededor de los 45 W y, además, hay que »mover» los ventiladores en todo momento (no tiene un modo »silencioso»). 

Gigabyte Aorus 15 análisis

Ahora bien, aunque sea un portátil muy atractivo para trabajar, si nos gastamos más de 2.000 euros en un equipo para juegos, queremos que rinda en este sentido, y aquí tampoco defrauda.

Rendimiento en juegos

Una de las cosas que más nos han gustado en este análisis del Gigabyte Aorus 15 es el rendimiento en juegos que pueden ponerse a una tasa de frames que aprovechan la pantalla. DOOM y Overwatch son un ejemplo, así como un CS:GO que es el único shooter que aprovecha esos 240 Hz.

Antes de continuar comentando el rendimiento, os dejamos el resultado en el Gigabyte Aorus 15… y lo comparamos con el Scar II, misma GPU, pero procesador por debajo:

FPS de media Aorus 15 RTX 2070 SCAR II RTX 2070
Destiny 2 93 fps 97 fps
DOOM 192 fps 153 fps
StarCraft II 105 fps 117 fps
Overwatch en ultra
Overwatch en alto
155 fps
162 fps
110 fps
138 fps
Battlefield V sin Raytracing 98 fps 62 fps
Battlefield V con Raytracing 58 fps 43 fps
Anthem 74 fps 62 fps
Crysis 3 51 fps 52 fps

El plantel de juegos escogido es el habitual en nuestras pruebas. Se trata de videojuegos que »tiran» mucho de GPU en algunos casos, como DOOM o StarCraft II, pero también de GPU en el caso de Anthem o Destiny 2.

Overwatch y Battlefield son muy exigentes con las dos piezas de hardware… y luego está un Crysis 3 que, spoiler, no podréis poner en ultra con todo activado a más de 60 fps consistentes durante todo el juego. Sí, ni con el hardware disponible.

Los resultados obtenidos van en la línea de lo que vimos en el SCAR II, con una tasa de frames por segundo casi siempre por encima de los 60 fps (en todo menos en Crysis 3 y en Battlefield V con raytracing), y se nota una mejora en drivers tanto de Nvidia como de los juegos.

Por ejemplo, Overwatch nos sorprendió en las pruebas con el SCAR al no ofrecer una tasa de fps más alta, pero es algo que ya ha quedado atrás, y lo mismo pasa con Battlefield V. Da la sensación, en el mismo nivel con el raytracing en la misma calidad gráfica, que Nvidia y Electronic Arts han seguido afinando los drivers, y aunque sigue habiendo una diferencia importante entre el juego con y sin raytracing (rinde mejor en los dos escenarios), está por encima de lo visto en el portátil de Asus.

El rendimiento en todos los juegos es espectacular, con un DOOM que vuela gracias a esa pantalla a 240 Hz (aunque no se pone a esa tasa, está »cerca» y muy por encima de los 144 Hz) y juegos nuevos como Battlefield o Anthem que no solo lucen de maravilla gracias a su peculiar paleta de colores en la pantalla del Aorus, sino que se mueven a la perfección pese a ser juegos tan exigentes.

Eso sí, no todo iba a ser bueno, y aunque lo comentaremos más adelante, el software de Gigabyte es un estorbo. En mitad de una partida de StarCraft II, un proceso de su capa de software dejó de funcionar (no me permitía ni cambiar el volumen, por ejemplo), y ocasionó fallos que no me dejaron disfrutar de la partida. Os dejamos el vídeo, donde se aprecian los cortes y los fallos de sonido asociados a dichos cortes:

Temperatura y disipación, preparad auriculares

Ya hemos visto que el rendimiento del Gigabyte Aorus 15 lo coloca como una seria alternativa a un sobremesa para jugar (si pagáis el sobrecoste de un portátil, claro está). En lo que a rendimiento se refiere, aunque hay diferencia con un sobremesa, obtenemos no solo una gran calidad de imagen, con gráficos en Ultra a FullHD y muy buena tasa de frames por segundo, pero hay una penalización: la temperatura.

Gigabyte Aorus 15 análisis

En el chasis, hay menos espacio para que los componentes se enfríen, y es algo que pasa factura a nivel de, sobre todo sonido. En lo que a rendimiento se refiere, no hemos notado ningún síntoma de thermal throttling (el estrangulamiento de la CPU que, cuando se calienta, baja su frecuencia automáticamente para refrigerarse, con una lógica pérdida de rendimiento, claro), pero los ventiladores funcionan a una tasa de revoluciones por minuto muy elevada, y ciertamente producen un sonido molesto.

Lo malo es que es »necesario», ya que los componentes, tanto la GPU como, sobre todo, la GPU, se calientan sobremanera. Antes de continuar, os dejamos una tabla en la que vemos el calor de la CPU y la GPU en los diferentes juegos:

Juegos Temperatura máxima CPU Temperatura máxima GPU
DOOM 98º 87º
Battlefield V con raytracing 99º 87º
Battlefield V sin raytracing 100º 75º
Anthem 100º 87º
Destiny 2 88º 83º
Overwatch 98º 86º
StarCraft II 99º 87º
Crysis 3 100º 88º

Es la primera vez que, en el análisis de un portátil gaming, superamos en varios juegos los 100º. Teniendo en cuenta el procesador, no nos extraña, pero sí es »raro» que un título como StarCraft II obtenga una temperatura tan alta en CPU y GPU, sobre todo teniendo en cuenta que es un juego que hemos probado en portátiles con componentes menos potentes y que, con un rendimiento similar, no se calienta tanto.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Sí, da »miedo» llegar a los 100º (sobre todo teniendo en cuenta que es la temperatura máxima soportada, como marca la propia Intel), pero como decimos, no hay una disminución del rendimiento y parece que el procesador se encuentra »cómodo» operando a esa temperatura.

Claro está, ese calor no se »disipa» solo por la parte trasera y los laterales, también se transmite al teclado. Y es extraño, porque Anthem, por ejemplo, alcanza los 100º usando un 50% de la CPU. Es decir, no es que la CPU vaya al máximo, sino que es »calentita».

No quema en ningún momento, pero sí se nota que las teclas se calientan más de la cuenta cuando estamos con un juego exigente.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Sonido de calidad… eclipsado por los ventiladores

Más allá del hardware y la cantidad de frames por seugndo/calidad de imagen, para disfrutar de un videojuego es fundamental la calidad del sonido. En los portátiles nos encontramos, debido al reducido tamaño con el que cuentan, de todo, desde sonido enlatado en portátiles con chasis »espacioso» a sonido muy redondo en portátiles, y tablets, con menos espacio interior para albergar altavoces.

GIGABYTE AORUS 15

En este sentido, estamos de enhorabuena, ya que Gigabyte ha introducido dos buenos altavoces que nos permiten disfrutar de un sonido contundente en los graves, definido en los agudos y equilibrado en los medios. Es decir, podemos estar ante un juego como Anthem, con explosiones por doquier, disfrutando de una buena definición, sin que nada »rechiste» ni haya estridencias.

Ahora bien, comodecíamos en el apartado anterior, la cantidad de aire caliente que el Aorus 15 expulsa del chasis es tal, y las revoluciones (7.200 rpm) son tan altas, que cuando estamos ejecutando un juego, cualquiera de los de la lista anterior, así como títulos más antiguos cuando pasan de los 60 frames por segundo, es obligatorio el uso de auriculares.

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El portátil hace mucho (y cuando decimos »mucho» es muchísimo) ruido, y si no nos ponemos auriculares con cancelación de sonido no solo no podremos disfrutar del juego, sino que terminará por dolernos la cabeza. ¿Es normal? Sí, es un hardware, como decimos, muy potente y »calentito», y es una lástima que una buena pareja de altavoces quede silenciada por unos ventiladores que hacen demasiado ruido.

Teclado RGB y un touchpad, por fin, a la altura

Cuando analizamos un portátil gaming como el Aorus 15 de Gigabyte, solemos pasar por alto algunos elementos. Por ejemplo, el diseño y el peso no son tan importantes, ya que son equipos que vamos a »anclar» a un escritorio para jugar, y algo parecido pasa con el touchpad. 

Gigabyte Aorus 15 análisis

Entendemos que un jugador no se va a poner a controlar ningún tipo de título, sea el género que sea (vale, un Civilization sí, pero no necesitamos un portátil de 2.400 euros para jugar al Civilization) con el touchpad, y por eso solemos ser »permisivos» con este elemento en un portátil de estas características.

En un Ultrabook somos más »duros», ya que es un elemento ante el que pasaremos muchas horas, ¿pero en un portátil gaming? Ahí »tiramos» de ratón externo. Gigabyte había venido haciendo las cosas francamente mal con los touchpad de las últimas generaciones tanto de los Aero (sus portátiles para trabajar) como de los Aorus.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Una sensibilidad incómoda, pulsaciones accidentales y poca precisión eran las señas de identidad. Sin embargo, es agradable comprobar que, por fin, se han fijado en el touchpad, y da gusto controlar el portátil con este elemento. En anteriores generaciones, personalmente, debía conectar un ratón para hacer algo tan simple como navegar por el escritorio, ya que no aguantaba el touchpad.

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Ahora, además de un tamaño considerable, tenemos una buena precisión, un bloqueo antipulsaciones y todo va como debe ir. Por qué no decirlo, es una de las sensaciones más parecidas a un touchpad como el de un equipo Surface que he visto en cualquier fabricante, y es mejor, incluso, que muchos touchpad de Ultrabooks.

En el teclado, hay menos sorpresas. Las anteriores generaciones lo habían hecho bien, y aquí nos encontramos con un teclado completo (con la tecla »intro» en el formato europeo y teclado numérico a la derecha) que cuenta con teclas de goma y una superficie »mate» que deja pasar a la perfección una retroiluminación RGB de tres zonas (rojo, verde y azul).

Gigabyte Aorus 15 análisis

El tacto es agradable a la hora de escribir, pero lo importante es que, jugando, tenemos una sensación muy buena en todo momento. Es cierto que no hay un »clic» falso para emular la respuesta de un teclado mecánico, algo que hemos visto en otros portátiles y nos parece una gran idea, pero el recorrido es agradable y el rebote de la tecla es satisfactorio.

Por poner una pega, las teclas son algo pequeñas, lo que se hace raro si escribimos, pero a la hora de jugar, se trata de un teclado muy competente, con un acabado cóncavo (no muy pronunciado) y teclas de función que se comparten con las multimedia de Windows, así como una tecla específica para controlar las revoluciones de los ventiladores.

Windows 10 y Microsoft Azure AI

El Gigabyte Aorus 15 cuenta con Windows 10 preinstalado, y a estas alturas no os vamos a descubrir ningún detalle sobre el sistema operativo. Lo único que podemos decir es que va fluido en todo momento, como no podía ser de otra forma con el hardware que tiene, y Windows 10 May Update 2019 se mueve de maravilla.

Ahora bien, antes de pasar a comentar qué tal la capa de personalización de Gigabyte, siempre bastante agresiva, hay que hablar sobre la inteligencia artificial. Como podéis ver en la pegatina que tiene en el chasis, y como se anunció en el CES de este año, se trata de un portátil que cuenta con una capa de inteligencia artificial de Microsoft que utiliza los servidores Azure.

Aorus Control Center

Es algo glamuroso, pero también confuso, ya que no es nada transparente para el usuario. En teoría, tal y como lo presentaron Gigabyte y los de Redmond en su día, la IA de Azure lo que hace es recordar las preferencias de los usuarios en materia de gestión del equipo (por ejemplo, la configuración de la luz RGB) y mejorar, en algunos casos, el rendimiento en juegos.

En la página de Microsoft y Gigabyte se detalla que el PC, sin necesidad de conectarse a Internet, es capaz de »ver» qué estamos haciendo en todo momento y desviar procesos de la CPU/GPU a dicha tarea. En resumen, si estamos haciendo un trabajo con Excel, no necesitamos la potencia de la GPU, y si estamos jugando, sí se desvían todos los recursos posibles al juego.

¿En qué se traduce esto? Supuestamente, en mejores resultados, y digo »supuestamente» porque no hemos notado diferencia alguna entre tener activada la IA… y tenerla desactivada. De hecho, hemos querido hacer una prueba en un juego, Gears of War 4, de la propia Microsoft. Los resultados son esclarecedores:

Gears 4 benchmark Con Azure IA Sin Azure IA
FPS de media 114,4 fps 112,9 fps
FPS de media mínima (5% inferior) 67,2 fps 74,9 fps
FPS de la CPU (juego) 216,1 fps 212,9 fps
FPS de la CPU (renderizado) 125,9 fps 125,7  fps
Vinculado a GPU 44,4% 39,9%

Como podéis ver, la diferencia es tan pequeña (en algunos casos para un lado, y en otros para el contrario) que puede estar vinculado a un proceso en segundo plano que el PC esté realizando a la hora de ejecutar la prueba, y no por la actuación de la inteligencia artificial. Puede que la IA no esté bien desarrollada aún, que sea el juego el que necesite unos retoques o que el ordenador necesite más de dos semanas para acostumbrarse, pero esos son los resultados con y sin la IA de Azure activada.

Ahora bien… ¿y el software de Gigabyte? Como decimos, el fabricante no se caracteriza por introducir una capa especialmente ligera. De hecho, es de las más agresivas que nos encontramos, ya que acciones tan simples como subir o bajar el volumen pasan por su programa.

Nos hemos encontrado en la situación de juego normal en el que los altavoces dejan de funcionar sin explicación. Subimos y bajamos el volumen, y aunque aparece la barra de Windows que indica que estamos toqueteando el volumen, no pasa absolutamente nada. Reiniciamos… y como nuevo.

Aorus Control Center

El motivo, como con algún que otro Aero que también ha fallado en esto, es porque el centro de control fallan, se »rompe» en segundo plano y hace que el sistema colapse, en esa ocasión, el audio, pero puede ser el Wi-Fi o el brillo.

El Aorus Control Center es agresivo y, como decimos, el PC depende de él en gran medida (podemos deshabilitarlo por completo, pero entendemos que no es algo que un usuario que compre el PC quiera/sepa hacer), y debemos comentar que, desde luego, no es el mejor centro de control de una compañía que hemos visto últimamente.

Eso sí, no todo es malo, ya que desde el centro de control podemos tener todo actualizado. Menos da una piedra.

Gigabyte Aorus 15 análisis

El rendimiento de una bestia tiene un precio

Llegamos al final del análisis del Gigabyte Aero 15 2019 con la sensación de no saber dónde está el límite para los portátiles gaming. Ya no solo son capaces de ofrecer un hardware muy avanzado gracias a las arquitecturas Turing y Pascal de Nvidia, sino también procesadores que, aún con menor frecuencia, no tienen mucho que envidiar a las gamas altas de PC.

El rendimiento de los componentes de este portátil es espectacular y, a tenor de nuestras pruebas, parece que la limitación es de hardware, algo que se puede solventar, pero que nos deja con esa »espinita» de no ver el rendimiento real, sobre todo, del procesador en algunos test de rendimiento.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Además de la necesidad de poner a punto programas y juegos para sacar partido a este procesador (StarCraft II consume un porcentaje extrañamente elevado de CPU), no podemos pasar por alto que Gigabyte debe poner al día el software. El diseño nos ha gustado, ya que la elección de materiales y las líneas son acertadas, pero el software propietario debe dejarse atrás, sobre todo si es tan pesado e ineficiente como este, ya que no aporta nada que Windows no pueda hacer de serie.

Por lo demás, tenemos uno de los mejores portátiles para jugar que se pueden comprar tanto por su combinación de GPU y CPU de última generación como por su espectacular pantalla. 240 Hz y unos generosos ángulos de visión, así como un brillo y contraste que permite disfrutar de los juegos en todo su esplendor.

Gigabyte Aorus 15 análisis

Y, sí, también se puede utilizar para trabajar, ya que el procesador y el SSD pueden con cualquier aplicación pesada sin que prácticamente haya tiempos de espera (a no ser que nos pongamos a renderizar un vídeo muy pesado, claro).

¿La mayor pega en este sentido? La batería dura un suspiro y es un portátil gaming que también podríamos llamar »sobremesa con pantalla y lo justo para no apagarse si se va la luz», pero está claro en lo que tiene que cumplir, lo hace con creces.